Hace un par de semanas paseaba por el centro de Valencia. Cuando llegué sobre la plaza del ayuntamiento comenzaron a pasar los participantes en la media maratón y me entró verdadera envidia, sanisma eso sí.
Hoy la carrerita también iba a transcurrir por allí.
No iba a venir Anita, pero sabía que sí Antonio ( inusual un domingo por la mañana ). Aún así yo sin obligaciones, sin despertador y dependiendo si me levanto y como me levante voy o no voy, ya que no he tenido huevos de hacer el duatlón de mi pueblo.
Me despierto pronto y con ganas: voy.
Moto. Carretera. Plaza del ayuntamiento.
Me empiezo a encontrar coyotes. Yo encuentro más pesado a uno, a mí me encuentran más delgado (falsa percepción), caliento un poco y me encuentro a Antonio que acompañará a la nueva corredora Ana, entusiasmada ella con el debut y a un grupo de amigas.
Salida lenta como no puede ser de otra forma con tanta gente, cosa que tras un mes sin correr agradezco.
Inés aumenta el ritmo y por un momento creo que no voy a poder, pero la joven se vuelve a relajar y todo vuelve a la normalidad.
Con ritmo tranquilo acabamos la carrera. De la rodilla ninguna noticia. Ya me las dará esta tarde o esta noche.



No hay comentarios:
Publicar un comentario