He bajado 3 kilos de carne estas últimas semanas que he estado semilesionado, he vuelto a correr un poco esta última semana y con satisfacción he comprobado que ya no me duele nada. Así vuelvo a la alta competición con ilusiones renovadas.
A pesar de no haber demasiada gente el ambiente en los pueblos siempre es más festivo que en la capital, el patrón del pueblo parece que es. Sus carreras de chiquillos, en éste caso su feria, sus calles cortadas con mesas de collas puestas para la merienda.
Llegados Antonio y yo con antelación realizamos calentamientos espaciados en el tiempo y el espacio. Mientras tanto me encuentro a Fede, veterano pingponero y asiduo solitario a carreras, y a Indeciso, un miembro admirable de mi club virtual, que creo es un ejemplo de constancia y superación pero que por mor de mi competitividad hoy se ha convertido en mi objetivo a batir.
Comienza la carrera, algo detrás como siempre, a mi ritmo, enseguida me coloco delante de mi objetivo, no era mi intención aún. Hago la primera mitad en agradable compañía física, no sabría decir si psíquica porque esta vez no abrí la boca más que para coger aliento.
Mi objetivo me sobrepasa, le chupo rueda hasta que cojo un ritmo que me gusta y le sobrepaso, así hasta meta capturando alguna víctima más.
Miro el tiempo y me doy cuenta que es similar al de mi primera carrera hace casi un año. Qué se ha mejorado? Por qué no bajo? Por qué no adelgazo?.. De momento entrenamientos más largos, más allá de la hora. Es lo que oigo, leo y creo que vendrá bien, al menos para el peso, El rico helado que me dan al final no ayudará mucho a esto, pero yo me lo engullo cual sapo un mosquito.
Cuando cumpla un año analizaré más profundamente.
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