Me doy largos y lentos paseos mientras veo como la plaza va llenándose poco a poco de corredores y disfraces.
Me aparecen París, Bea y Uveg. Poco a poco llega la hora de la salida.
Nos quedamos atrás los dos coyotes más débiles, intentando que la última carrera del año sea lo más cómoda posible. Y así resulta. En 2011 más. Hoy me voy con dolores en un tobillo.
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