Un par de ellos sin notarapenas molestias en la rodilla. Será por no correr.
Dos sin coger la bicicleta. Pero me mantengo con spinning, y confío que ello me mantenga en forma.
Para probar dolores, de rodilla, tobillo y costado me decido a correr hoy acompañando a Anita, a la cual veo muy motivada con el tema de las carreras.
Al levantarme hace bastante frío por la zona y estreno mi megacamisetatérmica regalo de cumleaños. Me llevo guantes y braga para el cuello, mallas por debajo de las rodillas.
Se da la salida. Empezamos cuesta arriba. A los doscientos metros ya me encuentro cansado y tengo guardar fuerzas como sea. Anita se me escapa, con lo que yo he sido.
Los primeros cinco kilómetros son tendiendo hacia arriba en pistas de tierra, lo estoy pasando mal, por la cabeza se me pasa la idea de parar y volver.
A partir del kilómetro cinco el terrero se vuelve más cómodo, pasamos al asfalto en ligero descenso y entonces vuelvo a sentir que estoy corriendo. Veo a Anita a lo lejos y me la fijo como objetivo. Por unos momentos hasta me veo en forma.
Cuando llego a su altura me tomo un merecido descanso y llegamos a meta con buenas sensaciones. El sufrimiento del principio se trasnformó en un plácido paseo.
A por turrón, al coche y a casa. Que mañana seguro que hay agujetas.
1 comentario:
Muy bien contado
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