Antonio, París y yo. Conduce París, mientras lo hace nos deleita previa petición con un cubo de rubick a una mano (Lo negaré ante la benemérita). Hay otra petición que mientras sigue conduciendo haga uno a la ciega, con buen criterio se niega.
Tras un calentamiento no muy intenso llega una salida que sí lo es. Dos primeros kilómetros me dedico como un pardillo a seguir a los coyotes buenos. Consecuencia negativa que a partir del kilómetro 3 estoy reventado. Consecuencia positiva que antes cuando iba reventado iba a 7 ahora me veo que voy a poco más de 5 y medio. Y ya está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario